viernes, 11 de noviembre de 2016

Correo Nacional de Honduras

El enviar cartas o paquetes de un lugar a otro, fue una engorrosa tarea que efectuaban en el pasado los llamados “Hombres Postas”, servidores de la comunidad que a pié o a lomo de mula transitaban grandes distancias para hacer las entregas de misivas, documentos y presentes.
 
Los caminos que recorrían antes de construirse carreteras, eran peligrosos, pero ellos desafiaban todas esas adversidades para cumplir con su misión de correos de superficie terrestre.
 
Existieron en ese entonces correos municipales que se encargaban de transportar los documentos a los poblados de los términos, los correos especiales y los correos militares que eran utilizados para transportar correspondencia, partes de guerra y otros documentos de alta confidencialidad.
 
Los registros históricos no revelan nombres de los emisarios que provenientes de Guatemala llegaron a Tegucigalpa y Comayagua aquel 28 de Septiembre de 1821 y que tardaron 12 días para entregar a los principales  ayuntamientos de la Provincia de Honduras los documentos contentivos del Acta de Independencia.
 
Aquellos correos especiales cabalgaron sorteando agrestes montañas, empantanados caminos por la época lluviosa, cruzando caudalosos ríos, pernoctando a campo traviesa y con enormes dificultades hasta entregar los famosos “Pliegos de la Independencia”.


Ese rutinario sistema fue evolucionando cuando se abrieron los primeros caminos para el paso de carretas y diligencias, pero siempre se utilizaban los “hombres postas” que se dedicaban a la entrega de misivas entre los poblados hondureños.
Don Tomás Estrada Palma,
 primer Director de Correos de Honduras.
 
En 1877, durante el gobierno del Dr. Marco Aurelio Soto (FOTO 1) se organizó el Correo Nacional designándose como primer director al maestro cubano Don Tomás Estrada Palma (FOTO 2).
 
El 1 de Enero de 1879, dos años después de haberse fundado, el Correo Nacional de Honduras pasó a formar parte de la Unión Postal Universal UPU con sede en Berna, Suiza, organismo que facilitó la emisión de los primeros sellos postales que se utilizaron en nuestro país.
 
Las oficinas postales se instalaron en un viejo inmueble construido en el Barrio Abajo a mediados del siglo XIX y que el sacerdote católico Monseñor José Leonardo Vijil acondicionó para instalar el primer hospicio en Tegucigalpa en 1868 que se conocía como la “Casa del Niño” y donde estuvo por muy pocos años la Escuela de Medicina.
 
El edificio que abarca la mitad de una amplia cuadra se levantó con gruesos adobes, contando con un amplio patio interior rodeado de altos corredores siguiendo el estilo clásico de las construcciones coloniales.

1 comentario:

  1. EL lugar donde Jose Leonardo Vigil construyó el hospicio era propiedad de su familia.

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